Acabo de darme cuenta de que tengo un copihue rojo dentro de las páginas de este cuaderno donde escribo el borrador de lo que pronto pondré en la web. Y acabo de darme cuenta también de que necesito un Axel o un Ubago o un Noel (en cuerpo de Kokúm, obvio). No sé si en este momento, pero a lo mejor en un futuro no muy lejano. No saco nada con buscarlo, lo sé, las cosas aparecen cuando menos te lo esperas. Siempre me pasa con tonteras que busco y las encuentro en momentos nada que ver, como los aros o las poleras. En fin. Quiero alguien que vea el mundo como yo, sencillo, que vea lo lindo, que cante la misma canción que yo. Que ame a su manera, pero que se note. Que también le interesen las cosas raras como a mí. Que haga todo pensando en mí, como yo lo haré todo pensando en él… (creo).
No sé…que me haga sentir princesita y que le gusten hasta mis mañas. Que sea apasionado y de lugares… como en una sala. Que sea entretenido, que me saque a bailar. Que me presente a sus amigos, los que serán todos igual de buena onda que él, pero ninguno tendrá ese “algo” que él tendrá, y con eso no me refiero a su Camaro amarillo que habla.
Sería aun más espectacular si tocara guitarra o le gustara cantar o ambas… y además armónica. Que hagamos un dúo. Que todas lo quieran, pero que él no tenga ojos para otra que no sea yo. Que sea de otra U no me molesta, pero que él pueda confiar en mí a ojos cerrados y que yo también pueda confiar en él. Obvio, puede salir con sus amigas, pero que no le guste salir sin mí. Que lo pase la raja con ellos, pero que lo pase mejor conmigo.
Al que mi familia adore y que mi papá lo invite a vacacionar con nosotros. Que sus papás me inviten a vacacionar con ellos también. Que sus hermanos sean adorables y si es hijo único, que yo sea como una hija más en su casa.
Le aguantaría que me hiciera sufrir un poquitín, pero no cada vez que pueda. Que me bese sin motivos, cuando se le antoje y donde quiera que estemos. Que nada le importe más que nuestro mundo. Que su amor por mí perdure a través del tiempo, hasta que la muerte nos separe. QUE NO HAGA PROMESAS EN VANO. Que me haga la más feliz y me quite el miedo de enamorarme de nuevo. Que sea tierno, con un toque de rudeza y detallista con cuatica.
Que no tenga amigas zulipantas y que todas me caigan bien. Que me pida matrimonio de la forma más romántica posible (no cursi). Que me haga llorar, pero de felicidad. Que me haga correr a la casa del Javo, pero no para desahogarme, sino que para darle puras buenas noticias. Que nunca dude de lo que siente por mí. Que sea mi mejor amigo, mi cómplice. Que hagamos locuras y maldades. Que me rapte y me lleve a la playa o a recorrer Chile en bus, o el mundo.
Que cuando estemos en el altar me mire a los ojos, me tome en sus brazos y me dé un beso como de película. Que me perdone si me equivoco y que continuemos nuestra historia sin rencores. Que él no se equivoque tanto. Que en invierno venga a acurrucarse conmigo cuando tenga frio. Que me venga a dejar siempre a la casa para que no me asalten. Que yo sienta que nada puede pasarme si estoy con él.
Que su amor me haga bien, que no me obsesione. Que me llame todos los días, pero que no me ahogue. Que cuando tenga la culpa se dé cuenta y se arrepienta. Que no me rompa el corazón. Que sea bonito. Que le guste vestirse bien, ojalá con un toque vintage, pero que también le guste desvestirse. Que sea moderadamente alto, con sus musculitos (nunca exagerados), que su sonrisa y sus ojos me maten. Que tengamos muchos hijos, como de comercial. Que me haga reír y gritar (por favor), que vayamos a la par (en todo sentido).
Que lleguemos hasta abuelitos juntos, y que nos amemos aun con los años encima… como mis tatas.
Que seamos felices.
Y por segunda vez, que NO HAGA PROMESAS EN VANO.
¿MUCHO PEDIR?